jueves, 30 de julio de 2009

LOS 90 MINUTOS PRESIDENCIALES.


Ayer escuche a un alcalde que ahora hace las veces de analista político, decir que el discurso: “Ha sido un mensaje esperanzador, conciliador y optimista”. Esa es la típica respuesta que los políticos adolescentes aprenden apenas comienzan a mentir y a mostrarse complacientes con el régimen de turno.

Como periodista, vengo escuchando esa monserga en todos los 28 de julio. Esa es la forma más diplomática e hipócrita de no decir nada sobre el discurso de nadie. Es una triquiñuela verbal para evadir cualquier tipo de responsabilidad política, sobre todo si alguien trata de subirse al carro del gobierno, como ya lo hizo mucha gente en Cusco.

¿Conciliador? Por dónde, por el contrario, el discurso ha sido totalmente confrontacional con los sectores de esa cuasi izquierda mercenarizada y filo chavista, (que me parece tan detestable como la derecha financiada con dólares) a quienes se los ha acusado de ser provocadores y manipuladores. ¿Hum?….. Y el Sr. Alan García no se acuerda cuando encabezó una movilización en contra de Toledo, donde incluso pidió adelanto de elecciones. ¿Y eso cómo se llama? La vaca ya no se acuerda de cuando fue ternera.

En fin…cuando escuchaba el mensaje presidencial, me sentía vivir en otro país: “La pobreza se ha reducido a 35%, el empleo ha crecido en el país, ya hay como cinco millones de celulares, puentes, carreteras, nuevos hospitales” Es decir Alan nos ha hablado de un país que, no es el Perú.

Si el señor Presidente fuese sincero nos habría dicho que, hay cinco hospitales construyéndose, pero los que aún quedan han colapsado, no tiene medicamentos, y hasta se paga para entrar al baño. ¿Qué tal crisis?

Dijo que habrá una cuarta lista de repuestos laboralmente, pero no nos dijo que muchos de los “compañeritos” despedidos del Seguro Social (a donde ingresaron inmoralmente, y que fueron indemnizados) ahora han de volver con esta cuarta lista, gracias al compañero Ministro de Trabajo que los ha colocado fraternalmente.

No estoy en contra del derecho al trabajo, pero las indemnizaciones y otros gastos los habrá de pagar el Perú, no obstante que ellos ya recibieron su liquidación.

El discurso me pareció interesante cuando Alan dijo que en el 2011, no habrá analfabetos debido a su exitosa campaña de alfabetización. Eso no es así. Yo quiero que mi país sea un país sin analfabetos, pero esa afirmación es una burda estafa. ¿Pruebas? Me remito a los estudios realizados sobre la materia en la Dirección Regional de Educación del Cusco, (Aldo Carreon) que señala que en dichas campañas hay más proselitismo aprista y upepista que alfabetización.

Es digno de reconocerse, la propuesta de renovar el Congreso por mitades, la anunciada segunda vuelta en las regiones, la construcción del gasoducto del sur, (aunque dijo que será “después que culmine la crisis internacional”). Ah, y otro aspecto importante fue cuando dijo que el gas será preferentemente para el consumo interno.

Alan, demostró estar mal informado, ignoraba el monto total de las reservas netas y finalmente cayo victima del lobby Salca-Pucara. Dijo que siete comunidades campesinas han aprobado el proyecto. Tal vez sea cierto, pero hay otras cien comunidades de Canchis que no fueron consultadas y que recién se pronunciaran mañana.

¡Ahí esta la madre del cordero! Gobernabilidad implica honestidad, hoy en dia ya no se puede gobernar sólo con la argolla, sin tomar en cuenta la opinión del pueblo. Democracia, ya no es el colutorio bucal con el que cualquier demagogo hace sus gárgaras queriendo impresionar al pueblo.

Es aceptable el esfuerzo que hace García y su séquito por hacer que el Perú, en la macroeconomía, se mantenga firme. Yo creo que es un esfuerzo admirable en comparación con su primer gobierno. Pero de ahí, a aceptar sus 90 minutos de cuentos chinos, es cosa distinta.

En pocas palabras, el Presidente ha dicho que tenemos “mucha plata”, pero que no sabemos como gastarlo. ¡Ahí está el problema! La reserva nacional ahora corre peligro porque está visto que al gobierno manirroto le encanta gastar el dinero del Tesoro Nacional a manos llenas, como ocurrió en el primer gobierno.

El resto (refundación del Estado, el Perú del primer mundo, etc.) merecería otro análisis que estoy imposibilitado de hacer. Tiene que ser un siquiatra competente.

martes, 14 de julio de 2009

UNA TARDE DE PICANTERIA


Para los conocedores, una picantería es diferente a una chicheria. En una picantería se sirve gratuitamente un platillo de calabaza, ollucos o lo que fuera, suficiente con que pique fuerte para dar lugar al consumo de la reconfortante chicha, a la cual respetuosamente se la llama “chifón”.

Las chicherias hoy en dia son muchas; y por lo general la gente cree que el horario es el mismo en todas. Por ejemplo en el “Canchón” que se halla en la calle Bayoneta, la hora del “chifón” es alrededor de las cinco de la tarde. Allí hay más de 60 chifoneros, todos compartiendo una democrática mesa de madera; algunos juegan a las cartas haciéndose delicadas señas para trampear en el juego y ganar el costo de una chicha que vale setenta centavos.

Allí los chifoneros del llamado güisqui inkaiko disputan el juego como si fuese el ultimo encuentro con la vida; gritan, insultan, mentan a la madre, golpean la mesa, gramputean al amigo y después le piden perdón. Dicho en una sola palabra ¡se juega a muerte! Quizás porque es la única revancha que todos esperamos con la vida: obreros, empleados desocupados, jubilados, cachueleros.

Al fondo un político avivato totalmente sobrio se mimetiza entre los borrachitos para hablarles de su candidatura. Los borrachitos, perdón los chifoneros, aceptan todo a cambio de un par de caporales cepillados. El hábil candidato, saca su padrón, y sosegadamente comienza a anotar la dirección uno por uno; pregunta por el DNI, teléfonos y además. En un apéndice de la agenda anota el grado de habilidad y compromiso político que puede tener el parroquiano.

Algunos al calor del espumante chifón, comprometen a toda su familia. Posiblemente de entre ellos salga el futuro regidor o por lo menos candidato a algo. La tarde continua, lentamente como el “chuspi” bullicioso que desde hace una hora romancea con el foco amarillento. Al fondo hablan a gritos para dejarse escuchar entre el bullicio sobre la muerte de Alicia Delgado. Otro golpea la mesa y asegura que ha sido la “qarimalica Abencia” quien la mando a matar, porque era su marido. El resto asiente con la cabeza y es momento de decir nuevamente ¡salud! Por la muerta y también por los que vamos muriendo poco a poco en esta tarde.

La atmósfera de una chichería es única; sus focos de 25 watts alguna vez servían para iluminar, ahora simplemente después de tanta mosca con diarrea es casi un bombillo negruzco colgado del techo. Sus mesas son verdaderas pizarras que están llenas de inscripciones con la caligrafía que puede inspirar la chicha bien macerada.

Encuentro inesperadamente a un amigo, con el que solíamos saludarnos sin hablar ni una palabra, fueron mas de 25 años y el está sentado delante mío. Por primera vez intercambiamos una frase completa. Me cuenta de las picanterías, de la “chujchasapa” de Santa Ana, de la “q´elle calzoncha”, la “violista” que ya clausuro su local, el “4 suyos” de Nueva Alta, el “gallo” de Bayoneta, la “chía moño”, la “kukuli” y otras que la memoria atrofiada por el primer vaso de frutillada ya no me permite recordar.

Mientras tanto, el candidato “doctor”, en mangas de camisa sigue conversando eufóricamente con los parroquianos. Levanta la voz, nunca contradice si no los parroquianos lo sacan a paso de polca, reafirma las ideas de los parroquianos:”El APRA es una mierda” ¡Si! Y todos corean lo mismo! Los políticos son una mierda”. Sí, responden.

Les promete transferir los mercados a las abaceras a cambio de un justiprecio. Si, pero no como lo hace el “turco”, cobra muy caro. Rajan de unos y de otros, allí se conoce la vida de todos. Desde el fondo, alguien que desconozco, a voz en cuello me pregunta: ¿Por qué no tomas chicha? ¿Es del Cusco o de donde eres? Salgo del entuerto con una disculpa estomacal y todos se ríen.

Observo que nadie come nada, pero todos tienen su chicha. Allí alguien me advierte al oído: Oye hermano la frutillada solo se toma un vaso, con dos ya te revienta el estomago.

Entrando por el boquerón del “canchón” veo ingresar a un anciano cojito, de muy baja estatura, con un kepí de soldado. Lentamente pasa mesa por mesa ofrece cigarrillos y caramelos. Nadie le presta atención, ni siquiera le responden. El hombre está acostumbrado, mira un dibujo ennegrecido de Javier Solís, parece rezarle en silencio y después se marcha lentamente como entró, arrastrando en silencio su muleta.

Las chicherias, son lo que el Club Cusco para la pituqueria acriollada del Cusco. Allí se definen los destinos de los futuros alcaldes. Hablan del actual alcalde, de su mujer y también de su otra mujer, a la que todos parecen conocer. Allí todo se sabe, para mi sorpresa también la vida de algunos periodistas. (Me abstengo)

Ya es tarde y no tengo mas remedio que retirarme, por mi ágil próstata y antes de que me convierta en candidato, previo ¡Salud! Carajo.

martes, 7 de julio de 2009

LA SINRAZON DEL PARO NACIONAL QUE APOYAMOS.


Ayer me llamó un señor al canal donde trabajo todos los días, para preguntarme a boca de jarro: ¿Oiga qué es lo que hemos ganado con todos los paros anteriores? ¿Qué vamos a ganar con estos paros? Las preguntas me hicieron temblar, estaban muy bien formuladas, además oportunas y certeras como una pedrada en el rostro. Respire un poco para tratar de responder y a los segundos, después de recomponer mi viejo CPU con cabellos, pude armar una respuesta:

Señor, luchamos porque el gobierno respete nuestra dignidad de pueblo. Para que nuestro país no sea entregado bajo el cuento de la concesión a capitales extranjeros.
Para que esta ola de saqueos jurídicos acabe pronto. Para que el gobierno, o mejor dicho los gobiernos, tanto nacional, regional y municipal, entiendan que no pueden seguirnos robando con tanto cinismo.

¿Qué hemos ganado con las luchas anteriores? Posiblemente no mucho en términos concretos, pero a cambio el gobierno fue notificado, para que mañana, más tarde, no nos tilde de subversivos. Estoy seguro, que Lima no podrá seguir explotando al país como si todos fuéramos sus peones o sobones. Con los paros de los meses anteriores, que sé no fueron tan buenos ni tan contundentes por las debilidades propias de una dirigencia afantochada de izquierda, apenas si ganamos un gesto del gobierno; el gesto de respeto a un pueblo que en cualquier momento puede decir ¡Ya basta carajo!

Me da risa. El actual gobierno cree que puede sobornarnos con veinte soles por día a cambio de traicionar al paro. ¡Que soborne a sus compañeros! O mejor aún que soborne a sus aliados Gonzáles Sayan y a esa recatafila de traidorcillos metidos de pseudos socialistas en UPP. A esta altura ya no se que es mejor, si la derecha o la izquierda. Pues ambos roban a su estilo.

Después de los años de tranquilidad económica del anterior gobierno, donde la inflación estaba por debajo del 1% mensual, aunque con escándalos de borracheras palaciegas, ahora todos vemos como se dispara el precio del pollo, ni que hablar de las carnes rojas o de las verduras. El alquiler no se regula con nada y nadie dice nada.

La clase media, los que antaño comprábamos en las tiendas de marca en Marques o Mesón de la Estrella, ahora no tenemos mas remedio que acudir los sábados al Baratillo para ver que ropa usada nos queda mejor.

¿Qué va a ser de nuestro país? Decía una amiga: “Mario estamos atrapados entre los delincuentes de derecha y los delincuentes de izquierda”. Le preguntaba a Ana Maria Cabezas ¿Y por que dices eso Anita? Ah, es que los de derecha roban con la mano derecha y los de izquierda roban con la mano zur Y los independientes roban con las dos manos.

¡Ese es nuestro país! Atrapado en un triste destino. Alguien dirá que soy pesimista. ¡NO! Señor. Simplemente soy realista. O es que alguien me puede dar la formula para acabar con estos pirañitas de “Tomasa Ttito” y cambiar al Perú de un tajo. Mi padre que ya frisa por sus 70 años me asegura con la parsimonia de los años: Hijo, solo una gran revolución podría acabar con todo esto. En silencio le respondo: Si así fuera, si con un poco de sangre se acabaría el problema, yo daría mi vida para que el Perú pueda cambiar, pero….

El cáncer de la corrupción está demasiado arraigado en la cultura popular, en el subconsciente colectivo. Si mezclamos crisis económica, con corrupción, bajos sueldos, neoliberalismo, mas la privatización de los recursos naturales, el resultado será un fenómeno llamado Perú; este Perú que nadie entiende, el Perú de los titulares, de los fanáticos de Abencia Meza, de los fríos y los quemados de Basar

El Perú es un país que nos muerde el alma cada vez que intentamos arrullarlo, es un país que escupe desde Lima a todas sus provincias. Es un país gobernado por una cáfila de orates que se creen el centro de la verdad, que desprecia a los nativos, andinos, citadinos por igual.

En este nuestro amado Perú, si no quemamos una llanta o bloqueamos una carretera nadie nos escucha. Es por eso que nos estamos convirtiendo, a despecho nuestro, en un país de incendiarios, porque simplemente queremos llamar la atención de Lima, de ese cogollo de incapaces que roban impunemente en faenones al estilo Rómulo León, pensando que nadie se da cuenta.

Finalmente, no estoy seguro si el Perú esta semana saldrá a las calles por mejores sueldos, o por un cambio de la Constitución, por impedir el modelo Neoliberal, por evitar la subasta del país que amamos o simplemente porque ya no damos más y queremos gritar con todas nuestras fuerzas: ¡Carajo! Escúchennos, por favor escúchennos, queremos vivir en un pais tranquilo donde no hayan leprosos hambrientos deambulando por las calles, o donde las niñas no se prostituyan en las chicherias para seguir viviendo. Simplemente, queremos tener el derecho a vivir trabajando felices y en paz.